Pernoctar en “jaimas”, desplazamientos en bicicleta, mochila acuestas, duchas cada dos días sin agua caliente, almuerzos en casas de lugareños, estás son algunas de las actividades que podríamos hacer en unas vacaciones más sostenibles, y cuyo coste podría ser más elevado que el de un Hotel de cinco estrellas con buffet libre. Tratar de hacer ver el valor añadido de los bienes o servicios sostenibles, no es sencillo, y es a lo que muchos operadores de turismo responsable se enfrentan cuando intentan atraer clientes sin experiencia. También diferenciarlo del turismo low cost es otro de sus retos.

Pero el turismo responsable o sostenible no es siempre vivir una experiencia lo más recóndita, exótica o local posible. El turismo responsable es eso y más. Su filosofía implica criterios de respeto a las personas, su entorno y su cultura cuando se viaja, a la vez que intenta minimizar la huella negativa de los viajes e incrementar la positiva. Filosofía que puede adaptarse a cualquier destino del mundo y a cualquier tipo de viaje. Es posible practicar un turismo más responsable tanto en nuestro país, en nuestras escapadas de pocos días, como en nuestro viajes por todo el mundo.
Responsabilidad no sólo es sostenibilidad, también es involucrar a la población local de acogida, ya que reconoce el papel central que esta tiene y su derecho a ser protagonista en el desarrollo turístico sostenible de su propio territorio.

Viajes de novios sostenibles, turismo solidario o comunitario, viajes personalizados e independientes, viajes de lujo y ecológicos, campamentos en familia, viajes de empresa… el abanico del turismo responsable es cada vez más amplio. Así lo ha reflejado Fitur 2014 en algunos destinos de América Central, Europa o África, donde está siendo uno de los protagonistas como alternativa al turismo más convencional.
Alternativa que ofrece unos valores añadidos como descubrimiento, autenticidad, aventura, cercanía con comunidades locales, a la vez cuidamos del medio ambiente y respetamos otras culturas y su entorno. “Además, de todo ello, la huella emocional que deja en los viajeros es impagable”, asegura Susana Conde directora de Agrotravel Turismo Responsable. Las relaciones sociales y lazos que se crean en este tipo de viajes entre los turistas, con los guías locales o las comunidades, hacen de él una experiencia con un gran componente humano. Y es que estos viajes buscan satisfacer al visitante, emocionar con la experiencia y para ello dicen “necesitamos personas que amen lo que hacen”.
En este tipo de viajes, “no existe un turismo masivo pues estaríamos renunciando a la sostenibilidad”, así lo expresa Susan Conde. De hecho, hay lugares donde el acceso es limitado o incluso no es posible por el impacto que el turismo, aunque responsable, podría suponer. Lee el resto de esta entrada →